domingo, 19 de mayo de 2013

Y como remedio: Volar

Apenas es ya uno de los numerosos recuerdos que atormentan mi alma. Uno de esos recuerdos que ni toda la tinta del mundo, por muy mágica que sea, consigue sanar.
Pero es que veces tenemos secretos escondidos en forma de recuerdos que atormentan el alma y paralizan al corazón, haciéndonos sentir débiles.. aunque al final sea la única manera de poder ser más fuertes.
Lo sé, es un juego enrevesado en el que tenemos mucho que perder. El de enfrentarnos a nuestros peores recuerdos, digo. Por si no quedaba claro siempre son ellos los primeros en mover ficha, pillándonos desprevenidos cuando menos nos lo esperamos, haciéndonos retorcer de dolor aunque sea solo por un segundo. Está de más decir que  juegan con ventaja, tienen unos poderosos alíados: los sueños y la memoria. En cuanto a nosotros... solo nos queda la promesa del tiempo, la paciencia para curar nuestras heridas y ese pequeño defecto de fábrica que tenemos todos de ir olvidando pequeños detalles que en otro tiempo nos parecieron el mundo entero.
Y en tiempos de tregua... tenemos que intentar volar. Volar para intentar olvidar que el hecho de que oigamos latir a nuestros corazones, no significa que no estén rotos por todos los sitios posibles. Volar para sanarnos, porque al final, la única forma de curar nuestros corazones es hacerles sentir que pueden palpitar con la misma fuerza que antes sin quebrarse al primer intento.